(3-octubre-2024) La espera de Awilda, residente del barrio Hucares en Naguabo, refleja la lucha de muchas familias puertorriqueñas que siguen enfrentando los efectos devastadores del huracán María, años después de la tormenta. A pesar de que su casa fue reconstruida a través del programa R3 del Departamento de la Vivienda, Awilda lleva ya varios meses esperando por las llaves de su nuevo hogar.
A lo largo de este tiempo, su familia, que incluye a su hermana, quien padece de distrofia muscular, ha vivido en condiciones precarias, esperando tener un lugar donde puedan finalmente sentirse en casa.
Para complicar aún más la situación, Awilda está ahora a la espera de la certificación de LUMA Energy. Sin esta certificación, la vivienda no puede ser conectada al servicio eléctrico, lo que impide que la familia pueda mudarse.
Mientras tanto, Awilda sigue aferrándose a la esperanza de que pronto podrá recibir las llaves de su hogar y mudarse junto a los suyos.