Perdieron sus templos, jamás la fe

El pastor José Lucas Ramos Pacheco y los líderes metodistas del barrio Palo Seco de Maunabo reubicaron a su congregación en salones, y una casa aledaña para continuar con sus cultos y escuela bíblica. Foto: Sonia Edith Rivera

(30 de marzo de 2018) – El ojo de María destrozó los templos de los cristianos en los barrios de Maunabo, y a seis meses, los horarios especiales, las mudanzas y los planes de reconstrucción albergan a los líderes católicos, metodistas y pentecostales.

Las capillas de la parroquia católica San Isidro Labrador de Maunabo, a pesar de ser construcciones en hormigón y bloques, los costos por las reparaciones ascienden a unos $20,000 dólares.

Ventanas, puertas y muebles de las diferentes estructuras han sido reemplazadas poco a poco, aun así el sacerdote, Jorge David Cardona Amaro, está en la espera de mano voluntaria para las reparaciones.

Otra problemática que aqueja a los líderes católicos se resume en el desorden en el casco urbano del municipio maunabeño. Luego del ocio nocturno de los jóvenes, estos incumplen de Orden Público establecido por ley e interrumpen la paz de vecinos y el párroco, quienes residen en la zona. Vehículos todo terreno, motoras y el uso de equipos de música son la orden de la noche en la plaza pública de la “Ciudad Tranquila”.

Video padre Jorge David Cardona Amaro sobre las capillas de Maunabo

Las iglesias metodistas suman unas 100 edificaciones en toda la isla, 38 templos sufrieron daños y  nueve iglesias tuvieron daños severos por lo que los miembros de las iglesias han reubicado sus cultos a salones o casas aledañas luego del huracán. Las organizaciones pastorales estimaron que las reparaciones tardarían uno a dos años, una vez reciban los reembolsos de seguros privados y fondos de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).

Tras los vientos del huracán categoría 4-5 que azotaron la iglesia metodista del barrio Palo Seco de Maunabo, las páginas de la biblia se detuvieron en Salmo 84. Foto: Sonia Edith Rivera

Al templo metodista más afectado del sureste le falta el techo y algunos residentes de la comunidad carecen de las utilidades básicas como el servicio de agua potable y luz en el barrio Palo Seco de Maunabo. El pastor José Lucas Ramos Pacheco estimó que la reconstrucción de la iglesia tendría una inversión de $150,000 a $300,000 dólares, dependiendo de los materiales.

Video miembros de la iglesia metodista Peña de Horeb y su pastor José Lucas Ramos Pacheco en el barrio Palo Seco de Maunabo

A pesar de la destrucción en las estructuras, el altruismo de los miembros en estas Organizaciones Sin Fines de Lucro (OSFL) se manifestó a favor de las familias boricuas luego del fenómeno atmosférico.

A nivel de todo Puerto Rico, los metodistas impactaron sobre 36,000 damnificados, entregaron unas 13,000 compras, 24,000 unidades de luces solares y 3,000 conjuntos de productos femeninos.

En la Iglesia Pentecostal M.I. carretera 759 de Maunabo, luego del embate del huracán, representó pérdida total. El edificio perdió el techo, ventanas, puerta frontal y actualmente está siendo demolido.

Parte principal de la iglesia pentecostal de la carretera 759 de Maunabo en proceso de reconstrucción. Foto: Sharlotte Rodríguez Steidel
Reportaje especial por Sonia Edith Rivera para WALO

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