Honran la memoria del distinguido Comandante de Bomberos humacaeño

A la memoria de Luis Raúl Roig Pérez

Por:?Félix Báez Neris
Docente jubilado de la UPR Humacao

Las banderas del Parque de Bombas de Humacao están a media asta. Honran la memoria del distinguido Comandante de Bomberos Luis Raúl Roig Pérez. La tristeza se siente en todo el pueblo y se aloja en el Parque Jacinto Hernández. El gentil humacaeño nació el 27 de noviembre de 1937 en el pueblo de Las Piedras. Fueron sus padres Manuel Roig y Ceferina Pérez. Sus hermanos son Aida, Manolín y Luis Roberto. La familia Roig Pérez se mudó a Humacao cuando él era apenas un jovencito.

Estudió en las escuelas públicas de Humacao. Cosechó un selecto grupo de amistades que siempre se procuraron. Su rostro cobraba un tono especial cuando se reencontraba con sus amistades humacaeñas.

Raúl Roig como cariñosamente le decíamos se destacó como deportista. Defendió a mediado de los sesenta los colores del Equipo de Humacao en la Doble A. Raúl el “Che” Martínez nos recuerda la alineación del Equipo con Raúl Roig y Jorgito Salgado en la receptoría, Néstor Morales en primera base, Junior Baldrich en la segunda base, Gino Guerra en la tercera base, y Rubén “Conejo” López en “el siore”. Además de Jorgito Navarro en el LF, Sammy García campo de centro, Junior Puig en RF y con lanzadores como Venerado Calderón, Iván Carradero, Isidro Pabellón, Miguel Lleras, Cito Contreras, Ismael Ruiz y el Cano Torrens de relevista estelar. El apoderado era el legendario Melquiades Silva Anderson. En esta década otros destacados jugadores, como Amaury Ochart, Chemanne Carradero, Ángel Arizmendi, Edwin Berrios, Gilly de Jesús y Lalín Rodríguez defendieron la Franela Gris.

El estelar pelotero Roig lució inmenso detrás del plato con una defensa y estilo particular. Se caracterizaba por su fuerte brazo, precisión, inteligencia y arrojo. Los corredores que lo retaron sufrieron las consecuencias de ser fusilados en la segunda base.

Llevaba varias temporadas de ensueño como excelente receptor y bateador. Ya los escuchas del béisbol de Grandes Ligas lo observaban para firmarlo. El amigo Pedro J. Dávila Poupart me contó el episodio que le ocurrió a Raúl en un juego contra Yabucoa. Luego de pegar un espectacular doblete, en el momento de la carrera donde doblaba para segunda base la pierna Pedro Berrios “Peico” se interpuso ocasionándole una aparatosa y lamentable caída. Se lesionó la pierna truncando así su carrera como pelotero.

Luis R. Roig se casó con Carmen Leticia Casillas formando una hermosa familia con cuatro hijos; Luis Raúl hijo, Luis Arnaldo, María Gisela y Luis Enrique todos excelentes ciudadanos y servidores públicos.

Recogemos y destacamos de su fecunda y brillante trayectoria profesional los siguientes e interesantes datos; En el 1976 ingresó cuerpo de bomberos de Puerto Rico. Se desempeñó como administrador del Distrito de Humacao. Desde ahí atendió todas las emergencias y fuegos que ocurrieron en el Pueblo.

Fue Comandante de Área, dirigió la División de Prevención de Incendios y fundó la División de Operaciones Especiales de Bomberos en el 1990. Esa es una división con una finalidad rescatista. Además dirigió la Academia de Bomberos.

Enfrentó grandes retos y eventos significativos que impactaron la vida colectiva del pueblo puertorriqueño a saber;
• Fue el Capitán del Distrito de Ponce que atendió la tragedia del derrumbe de Mameyes donde murieron sobre 129 personas. (1985).
• Fue el Capitán del Distrito de San Juan que atendió la emergencia del catastrófico incendio del Hotel Dupont Plaza donde 98 personas perdieron la vida y hubo alrededor de 150 heridos. (1986)
• Fue el que atendió la emergencia de la explosión de gas que ocurrió en la tienda Humberto Vidal en Río Piedras. La explosión dejó 33 personas muertas y otras 69 heridas. (1996)

Como servidor público deja un profundo legado que impacta a las generaciones presentes y futuras. Honró dignamente con el modelaje y el ejemplo de servicio su uniforme de bombero.

Cultivó una regia personalidad durante toda su fructífera vida. Su voz grave de locutor anunciaba y resaltaba su figura. Vestía impecable. Solía ser el centro de atención. Siempre respetuoso, disciplinado, íntegro, solidario, motivador y comprometido.

Se acogió a la jubilación después de su trayectoria ejemplar. Su esposa, hijos, nietos y biznietos lo esperaban con profundo amor. Vivió en varios pueblos como Caguas y San Juan. Siempre que le era posible regresaba a su adorado Humacao, a saborear un rico granito y compartir con sus amistades que tanto estimó. Murió el miércoles, 17 de marzo en el Hospital Hima de Caguas, rodeado de sus seres queridos.

Buen viento y buena mar.