Condenado por el caso de una niña que asegura “no fue abusada” por él ni por nadie

Por: Yeidy Agneris Vega Alicea
Redacción WALO Radio 

(10 de marzo de 2017)- 
Todas las noches, duerme en la celda 031 del edificio número uno del Complejo Correccional de Guayama, donde cumple una condena de 50 años por un crimen del que fue declarado culpable en 2013.

Para Jesús M. Esperanza Miranda, un joven enfermero de 23 años, a cuatro años de haber sido condenado, aún es imposible comprender cuál fue pieza de evidencia que concluyó en la determinación judicial por el caso que se vio en su contra por supuestamente abusar sexualmente de su hijastra, una niña de seis años.

Esperanza Miranda, en su desesperación y luego de un proceso apelativo sin éxito, se comunicó personalmente vía telefónica a la redacción de WALO Radio.

“No hay que estudiar leyes para sentarse a leer mis papeles y saber que yo estoy cumpliendo 55 años siendo inocente. Cómo es que si hubo violación, el ginecólogo dice que el himen y la vagina están intactos y los papeles forenses… y yo me encuentro aquí. No importa lo que yo diga, ni lo que digan los otros, lo que importa es la prueba científica”, alegó en su llamada.

En su comunicación, Esperanza Mirada, aseguró que sus abogadas, la licenciada Valerie Rivera Vargas y Wilmaris Díaz Narváez, estaban dispuestas a expresarse a la prensa, y así constó con la entrevista que concedió a este medio la primera de las dos licenciadas.

Hacemos constar que los micrófonos de WALO Radio están abiertos para todas las partes en este caso.

Escuche lo que nos dijo Jesús M. Esperanza Miranda:

Los alegados hechos por los que Esperanza Miranda cumple condena, se remontan al 2 de noviembre de 2013, cuando con autorización y conocimiento de Edelmira Castro Hernández, madre de la niña, el ahora confinado pasó el día entero con la niña de seis años, hija de la mujer con quien estaba comprometido.

Sin embargo, las alegaciones por el supuesto abuso sexual no surgieron hasta dos días después cuando se formó una discusión familiar en la casa de Castro Hernández en el barrio San Isidro en Canóvanas, de donde las hermanas de la mujer, intentaron “sacar” a Esperanza Miranda.

Esa discusión familiar, fue el supuesto detonante que concluyó en una alegación por supuesta violación, según lo explicó a WALO Radio, la abogada Rivera Vargas, quien lo representó hasta la vista de sentencia.

“Una agente del precinto de Canóvanas fue minutos después que Jesús llegó a la casa con la niña en horas de la noche. La agente la entrevistó, minutos después de él haber llegado a la casa el 2 de noviembre de 2013. A preguntas mías la agente responde que la nena estaba bien, feliz”, comentó Rivera Vargas, a la vez que explicó que las alegaciones por el supuesto abuso sexual ocurrieron dos días después cuando en grupo, las hermanas de la mujer llegaron a denunciarlo hasta el Tribunal de Fajardo.

Los hechos, supuestamente ocurrieron en el  hotel Westin Rio Mar en Río Grande, donde previamente Esperanza Miranda trabajó y conservaba un amigo con quien fue a hablar esa tarde. Esa visita, fue el marco, donde según el testimonio de la niña mediante sistema de circuito cerrado, el ahora confinado la abusó sexualmente en público en el área de la piscina.

Sin embargo, para la letrada, este caso se destaca por las incongruencias entre la prueba científica y los diferentes testimonios de la menor que fueron variando durante el caso.

“La prueba científica contradice las alegaciones de la menor. Hay una prueba científica donde a la menor se le hace una evaluación por el especialista de ginecología del hospital. En esa evaluación, la menor aparece sin contusiones, sin abrasiones y con el himen intacto”, explicó Rivera Vargas que representó a su cliente hasta que fue sentenciado en el Tribunal de Fajardo por el juez Estrella.

Mientras, para el padre del joven, Don Jesús Esperanza De Jesús y su hermana, Karla Peña, el caso fue “confabulado” por las tías de la niña.

Según explicaron a nuestra redacción, el día que la menor supuestamente fue abusada, ni siquiera la madre hizo una alegación mínima, sino que las acusaciones surgieron porque las mujeres no querían que Esperanza Miranda continuara viviendo con su prometida.

“La mamá no la reportó porque sabía donde se encontraba mi hermano con la nena.  Cuando salió la prueba, yo me quedé tranquila porque yo sabía que iba a salir negativo”, expresó Peña, su hermana sobre las pruebas médicas a las que fue so metida la niña en el Hospital de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Carolina.

Peña también intuyó, que si las alegaciones de la niña fueran ciertas, a su hermano “lo hubiesen matado en la misma piscina”, por abusar de una menor en público y en un lugar supuestamente lleno de gente.

La niña, según narró la licenciada, en uno de sus variantes testimonios, dijo que en el momento del incidente, en el lugar surgió un arresto civil y que personal del hotel la regresó a su casa. El Hotel, según la abogada, aseguró que ese día, no se había reportado ningún incidente.

Sobre ese punto, la licenciada Rivera Vargas, también recalcó que la menor, llegó a su casa con su padrastro luego que incluso, comieran en un establecimiento de los kioskos de Luquillo, donde según evidencia en vídeo, la niña estaba feliz y en buen estado, con su ropa limpia y jugando.

Por su parte, su padre, Esperanza De Jesús, denunció que el veredicto y la sentencia son un atropello contra su hijo que lo hacen dudar de la justicia.

“Mi hijo está cumpliendo 55 años abusivamente por esos cuatro fiscales y ese juez que es el primer caso (civil) que hacía en Fajardo”, dijo el padre de Esperanza Miranda a la vez que lo describió como un hijo excelente a quien la justicia “le tronchó” la vida y a quien su propio hijo le ha admitido la intención de quitarse la vida.

Esperanza Miranda, desea que pueda surgir un nuevo juicio, sin embargo, esa posibilidad, según la licenciada Rivera Vargas, no es viable a menos que surja nueva prueba o que la menor o la familia se retracte “y diga la verdad”.

La única esperanza de Esperanza Miranda, es un indulto del Gobernador, en este caso, el doctor Ricardo Rosselló.

“Hay que ver la prueba, qué dice el papel, qué dicen los estudios y las evaluaciones científicas. Yo creo en Jesús M. Esperanza Miranda, creo en su inocencia, lamento mucho que esté cumpliendo por un crimen que no cometió. Este es el típico caso en que la prueba es tan contradictoria entre sí, que es muy difícil que se sostenga” concluyó la abogada.

Según todas las partes, en este caso se trata de una menor de edad que según la prueba médica, no fue abusada sexualmente.

La familia del confinado, aseguró que comenzará a prepararse para pedir el indulto del Gobernador.

*Nota del editor: En la entrevista en vídeo la licenciada Valerie Rivera Vargas comenta que los hechos ocurrieron en el hotel El Conquistador, sin embargo, al ser abordada sobre los datos que surgen en el escrito de apelación, la licenciada confirmó su “equivocación” y corrigió que los hechos alegadamente ocurrieron en el Hotel Westin Rio Mar.

Página 23 de la demanda ante el Tribunal de Apelaciones de Puerto Rico. La demanda de apelación fue sometida por la licenciada Wilmaris Díaz Narváez, con quien por el momento, no hemos logrado comunicación. 

 

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