Clases a distancia afectan a los estudiantes UPR Humacao durante la pandemia, según estudio

Foto: Captura de pantalla

(20 de julio de 2020) – El Instituto Transdiciplinario de Investigación Acción Social (ITIAS) y el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico en Humacao (UPRH) presentaron los resultados de la investigación, Brecha digital, aprendizaje y salud mental: Experiencias y retos del estudiantado de la UPRH ante la pandemia del Covid-19.

En este estudio se exploran las experiencias y los retos que enfrentaron los estudiantes de la UPRH para continuar sus cursos de manera remota a partir de la cancelación de clases presenciales el 16 de marzo de 2020 a raíz de la pandemia. El estudio consistió en dos encuestas digitales que se administraron en marzo y mayo del 2020.

Participación de 340 y 347 estudiantes respectivamente provenientes de 15 municipios de la zona este del país. Además, hubo participación de todos los niveles y programas académicos del recinto humacaeño. Los estudiantes encuestados contestaron preguntas sobre su nivel de acceso al internet y a equipos tecnológicos, su nivel de domino en el uso de las plataformas digitales, los ajustes que hicieron para hacer la transición a la educación a distancia, el impacto psicológico que dicho cambio tuvo en ellos y sus sugerencias para que la educación a distancia sea más efectiva.

De los datos recopilados se desprende que el 66 % de las familias de los estudiantes encuestados tienen un ingreso por debajo de la línea de pobreza federal y el 60 % de los estudiantes confronta dificultades tecnológicas para emprender los cursos a distancia. La existencia de la brecha digital se puede apreciar en los siguientes hallazgos del estudio: el 45 % de los estudiantes encuestados únicamente tiene acceso limitado al internet; el 60 % de estos utilizan el celular para conectarse al ciberespacio; un 8 % no tienen acceso al internet en sus hogares y tienen que salir lejos de sus casas para lograr el acceso, mientras que un 2 % utiliza el internet del vecino.

El estudio reveló además que para la mayor parte de estos estudiantes su único medio de acceso al internet —su teléfono móvil— no es totalmente confiable y está limitado por los planes de data que ellos o sus familias puedan pagar. Además, se encontró que 19 % de los estudiantes encuestados no estaban preparados en el uso de las plataformas y programas necesarios para la gestión del aprendizaje a distancia, 10 % no tienen computadora, tabletas o teléfonos para seguir las clases y 5 % no tienen cámara en su computadora o celular para participar de videoconferencias, entre otros.

Tal como explicó uno de los miembros del equipo de investigadores de ITIAS y profesor de UPRH, el doctor Juan E. Marcano Medina, “es claro que existe una inequidad entre estudiantes de la UPRH económicamente desaventajados y aquellos con mejor acceso y disponibilidad de internet y equipos tecnológicos (como computadoras, teléfonos inteligentes, etc.) y con mejores condiciones de estudio en sus casas”.

Por su parte, los doctores Alejandro Torres Abreu, coordinador del proyecto de investigación e Ivelisse Rivera Bonilla añadieron que “el estudio apunta a que esa brecha digital pudiera estar presente entre los estudiantes de todo el sistema UPR y en los estudiantes de otras instituciones de educación superior del país, indistintamente de las regiones geográficas a las que sirven. Las instituciones educativas tienen que prepararse responsablemente para poder continuar ofreciendo sus cursos a distancia”.

Otro hallazgo significativo, que le añade profundidad al problema de la pobreza en la mayoría de los estudiantes de UPRH en su relación con la educación a distancia bajo la actual coyuntura, es el hecho que el 20 % de los estudiantes no cuentan con las condiciones idóneas en sus hogares para estudiar. La “brecha doméstica” se manifiesta en la falta de espacios apropiados, de la tranquilidad y privacidad necesarias para estudiar desde el hogar.

Un aspecto muy importante que reveló el estudio es que más del 90 % de los encuestados expresó sentirse emocionalmente afectados por el proceso, indicando haber sufrido de estrés (93 %), falta de concentración (86 %), falta de motivación (85 %), frustración (80 %) y ansiedad (76 %). Dadas las precarias condiciones descritas por la mayoría de los estudiantes, no fue sorpresa para los investigadores que el 70 % manifestara que no se sienten emocionalmente preparados para continuar con cursos a distancia el próximo semestre. La mayoría de los estudiantes mostró preferencia por la educación presencial frente a la educación a distancia. Sobre esto, la profesora de Ciencias Sociales, Viviana Cruz-McDougall comentó que “al ver los hallazgos del estudio podemos concluir que mientras tengamos que continuar a distancia, la universidad tiene que entender a los estudiantes como seres integrales, seguir explorando sus necesidades y continuar identificando estrategias costo-efectivas para la Institución, pero sensibles para poder atender esas necesidades diligentemente. La universidad se tiene que reinventar. Pero eso no es suficiente. Nos encontramos en tiempos difíciles y el aprendizaje es un fenómeno complejo, para que nuestros jóvenes puedan seguir adelante y ser exitosos en sus estudios necesitan mucho acompañamiento de sus profesores y el apoyo concreto de sus familias, comunidad, patronos y municipios”.

Entre las recomendaciones que incluye el estudio se encuentran:

  1. La creación de nuevas políticas institucionales que se atemperen a los tiempos.
  2. Garantizar el acceso a equipo tecnológico e internet adecuado de todos los estudiantes.
  3. Capacitar a los estudiantes en destrezas tecnológicas y académicas.
  4. Darle mayor énfasis al aspecto emocional de los estudiantes fortaleciendo los esfuerzos de prevención, incluyendo las competencias emocionales como parte del currículo y reforzando los servicios de apoyo disponibles.
  5. Identificar más fuentes de becas y crear más empleos en la universidad para aquellos estudiantes que lo necesiten.
  6. Continuar fortaleciendo a la facultad con recursos diversos sobre prácticas exitosas de educación en línea.
  7. Involucrar a las organizaciones estudiantiles en la búsqueda de soluciones y respuesta a los retos que enfrentan sus compañeros.
  8. Involucrar a los padres y familiares en el proceso de transición y adaptación a la vida universitaria y la educación en línea.
  9. El desarrollo de proyectos colaborativos y alianzas entre la universidad y los diversos sectores de la sociedad para crear centros cibernéticos y de estudio cerca de los hogares de los estudiantes.

Esta investigación se suma a un número reducido de informes y artículos basados en datos primarios sobre el tema la educación universitaria a distancia en el contexto del Covid-19, tanto a nivel del Puerto Rico como del mundo. La misma se distingue además por la importancia que se le brinda al análisis cualitativo.

 

 

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