(9-septiembre-2024) En el barrio Hucares de Naguabo, una casa que alguna vez fue el corazón de una familia permanece cerrada, sin las voces que solían llenarla de vida. Awilda, la propietaria, heredó esta vivienda construida con esfuerzo por sus padres, un legado familiar que ha sido el refugio de varias generaciones. Sin embargo, los devastadores efectos del huracán María abatieron este hogar en 2017, y desde entonces, Awilda ha esperado una reconstrucción que parece nunca completarse.
A través del Programa de Reparación, Reconstrucción y Reubicación (R3) del Departamento de la Vivienda, Awilda accedió al proceso para reconstruir su casa en el mismo terreno donde su familia ha vivido por décadas. La reconstrucción se culminó hace seis meses, pero a pesar de que la estructura está lista, Awilda y su familia aún no han recibido las llaves de la nueva vivienda.
Aunque el programa R3 ha avanzado en la reconstrucción de viviendas, los retrasos en la entrega de propiedades terminadas han dejado a muchas personas en la incertidumbre, sin una fecha clara para retomar sus vidas.
Mientras espera una solución, Awilda mantiene viva la esperanza de que pronto podrá abrir la puerta de su nuevo hogar, y con ello, cerrar el ciclo de dolor e incertidumbre que ha marcado su vida desde aquel fatídico huracán.