El apoyo de amigos y miembros de la comunidad también es de ayuda para que las personas cuenten sus experiencias y escuchen las vivencias de otros. | Foto: Pixabay
Por la doctora y directora ejecutiva de NeoMed Center, Rosa Castro Ávila
(13 de enero de 2020 – Columna) – Los fenómenos naturales como sismos, tormentas o huracanes suelen provocar nerviosismo y ansiedad. Es normal que eventos como los que hemos experimentado recientemente nos provoquen trastornos emocionales. Sin embargo, en algunas personas pudieran agravarse y convertirse en algún tipo de enfermedad severa.
Algunos expertos en salud mental explican que los efectos psicológicos luego de un evento atmosférico se comienzan a reflejar luego que las necesidades físicas han sido atendidas. Es entonces cuando comienza la confusión, la desesperación, ira o dolor. Síntomas que se pueden agravar si hemos tenido pérdidas materiales y más aún, de familiares, amigos cercanos o de la comunidad.
Algunos síntomas que se pudieran experimentar son:
- Irritabilidad
- Tensión muscular
- Dolores de cabeza
- Sudoración
- Dificultad para concentrarse
- Náuseas
- La necesidad de ir al baño a menudo
- Cansancio
- Dificultad para quedarse o permanecer dormido
- Temblor
- Mayor facilidad para susto
Con el objetivo de prevenir trastornos más severos después de un trauma, los expertos en salud mental recomiendan la técnica de desensibilización. Esta técnica ayuda al afectado a recordar el hecho y a expresar sus sentimientos al respecto.
De esta forma, poco a poco las imágenes del evento tienden a volverse menos atemorizantes. Lo ideal es buscar la atención de un profesional de la salud. Con los eventos recientes conocemos de muchos profesionales de la conducta humana que se han trasladado a refugios y áreas afectadas a ofrecer consejería y apoyo emocional.
El apoyo de amigos y miembros de la comunidad también es de ayuda para que las personas cuenten sus experiencias y escuchen las vivencias de otros. Familiares y amigos son una gran fuente de apoyo emocional.
Se debe aceptar que no podemos controlar los fenómenos atmosféricos, y que tan solo podemos tomar las mejores medidas de precaución, prevenir y mantenernos actualizados con la información.
Después de recibir el impacto de un desastre natural, muchas personas encuentran que hacer algo constructivo y positivo les ayuda a lidiar con la situación como por ejemplo ayudar en refugios o égidas, organizar actividades de entretenimiento a niños, donar sangre, ser voluntario o ayudar en la limpieza de áreas comunes. Si las circunstancias lo permiten, muchos expertos recomiendan volver a la rutina normal tan pronto como sea posible.
Las técnicas de relajación son sencillas y muy efectivas. Dentro de estas figuran técnicas de respiración. Aquí se comparte una técnica sencilla y fácil de realiza.
- Haga una pequeña aspiración a través de la nariz, seguido de una ligera expiración.
- Enseguida, contenga la respiración durante cinco segundos, y luego suelte el aire para reanudarla.
- Respire normalmente durante 10 segundos.
- Repita la secuencia
Exponernos de manera moderada a los rayos del sol pueden ayudar a estabilizar nuestro estado de ánimo. La serotonina, que es la hormona cerebral relacionada con mejorar el estado de ánimo, eleva sus niveles al exponerse a la luz brillante.
Cambiemos nuestros pensamientos. Tratemos de no imaginarnos malos escenarios o lo que nos pudo haber pasado. Debemos tener mejores pensamientos y buscar el lado positivo.