(23 de enero de 2018) – El oleaje arropó su hogar, autos y humilde negocio haciendo de la vida de José Luis Aponte, una agonía.
“Yo lo que pido es trabajar”, exclamó lloroso, José Luis Aponte, conocido como “Chewy del Amarillo” de Humacao, quien perdió su pequeño negocio a consecuencia de los incesantes vientos y los efectos del huracán María.
El único medio de trasporte que le queda, sus bicicletas, con las que ha tratado de ir a trabajar o hacer las gestiones para levantar su comercio, pero han pasado cuatro meses y aún se encuentra sin generar un centavo para invertirlos.
“Cuando pasó lo de María, estaban dando una planta, pero no me la dieron, el negocio estaba destruido”, explicó.
Su autoempleo terminó, El Amarillo cercano a la playa, allí vendía bacalaitos, pastelillos y refrigerios; lugar donde muchas familias hicieron la parada en los fines de semana.
La intención de Aponte es conseguir un trabajo y, con los ahorros que genere, levantar su negocio.