(9-septiembre-2024) Abraham, un ex maestro voluntario de 48 años que vivía en condiciones infrahumanas debido a su diversidad funcional, ha experimentado un cambio radical en su vida gracias a la solidaridad de su comunidad. Lo que comenzó como un esfuerzo colectivo liderado por Rafael (Pury) González, un reconocido barbero de la zona, ha transformado su vivienda y su calidad de vida.
Desde la primera intervención, la ayuda no ha cesado. A medida que las semanas han pasado, los avances son evidentes, el baño de Abraham ha sido completamente renovado, y la cocina, aunque aún en remodelación, muestra un progreso significativo. Lo más reciente es la finalización de su cuarto, ahora equipado con muebles nuevos, lo que le ha devuelto la comodidad y el bienestar que tanto necesitaba.
La comunidad no ha dejado de unirse en torno a este noble esfuerzo. Voluntarios, comerciantes y profesionales de diferentes partes de la isla, como Ponce, han continuado contribuyendo para asegurar que Abraham y su hermana, quienes comparten la misma propiedad, puedan disfrutar de una vivienda digna. Electricistas, plomeros y compañías de construcción han puesto manos a la obra para reemplazar puertas, pintar la estructura, reparar verjas y entregar muebles, entre ellos un juego de sala, televisores y abanicos.