(26-agosto-2024) Abraham, un ex maestro voluntario de 48 años que vivía en condiciones infrahumanas debido a su diversidad funcional, ha visto un cambio radical en su vida gracias a la solidaridad de su comunidad.
La respuesta no se hizo esperar. Convocados por Rafael (Pury) González, un barbero reconocido de la zona, voluntarios, comerciantes, y profesionales de distintos lugares de la isla, incluidos Ponce, llegaron para mejorar su vivienda. Los trabajos comenzaron con una oración y pronto la casa de Abraham se convirtió en un centro de actividad.
Electricistas, plomeros, y compañías de construcción reemplazaron las puertas, pintaron toda la estructura, repararon las verjas y trajeron muebles nuevos, incluidos un juego de sala, dos televisores y tres abanicos. Sin embargo, lo que más alegró a Abraham fue la hamaca que ahora adorna su balcón.
El esfuerzo no solo benefició a Abraham, sino también a su hermana, que vive en la misma propiedad. La ayuda no termina aquí, ya que Rafael y los voluntarios se han comprometido a continuar con las mejoras, incluyendo el sellado del techo, la mejora del sistema eléctrico y la plomería, en una segunda fase programada para el 8 de septiembre.
Esta iniciativa es un claro ejemplo de cómo la unión y el apoyo comunitario pueden transformar vidas, devolviendo dignidad y esperanza a quienes más lo necesitan.